L. RONALD HUBBARD | PERFIL BIOGRÁFICO

La Revitalización de los
Sueños Artísticos

El primer Centro de Celebridades, Los Ángeles, California, 1969.

A pesar del gran impacto de las afirmaciones filosóficas del Sr. Hubbard sobre el arte, la medida de su mayor legado artístico no estaría completa, si no se mencionara el mayor trabajo de su vida: Dianética y Scientology.

“Una cultura es sólo tan grande como sus sueños”, había afirmado, “y son los artistas quienes sueñan esos sueños”. A ese respecto, afirmó también que la rehabilitación del artista se convierte en una tarea tremendamente válida que recompensaría mil veces en pro de la cultura. Que Scientology se prestara de manera natural a esta tarea, era algo autoevidente; pues dado que si se tiene en cuenta lo que el Sr. Hubbard había determinado previamente sobre la naturaleza intrínseca del hombre, Dianética y Scientology se enfocan directamente al artista en el nivel más fundamental: su identidad espiritual. Además, cuando el Sr. Hubbard habla de rehabilitar la creatividad artística, habla de rehabilitar la fuente de toda creatividad, el espíritu humano. 

Específicamente, para favorecer a las personas creativas, el Sr. Hubbard se encargó de fundar el Centro de Celebridades. Estas iglesias especiales de Scientology ofrecen los mismos servicios que todas las demás iglesias de Scientology, pero en un entorno que está particularmente adaptado a las necesidades del artista. Así pues, sin importar lo famoso que sea un artista, él o ella podrán continuar con su estudio de Dianética y Scientology en el marco seguro y sin distracciones del Centro de Celebridades. El Centro de Celebridades también proporciona servicios especiales para ayudar a los artistas (tanto consumados como principiantes) a aplicar los principios de Scientology a sus campos de actividad, mejorando de esa forma su habilidad para ejercer una influencia positiva en la sociedad. Además proporcionan a las celebridades prometedoras, foros para la producción de interpretaciones teatrales, lecturas literarias, conciertos y todo lo que el Sr. Hubbard describió como la gloriosa actividad que llamamos arte.

“La elevación de una cultura”, declaró con firmeza, “puede medirse directamente por el número de personas que trabajan en el campo de la estética”. A través de sus diversos materiales de instrucción (para fotógrafos, cineastas, escritores y músicos), ha inspirado hasta ahora a miles de personas. Mientras que con su programa “Escritores del Futuro” ha iniciado directamente las carreras de cientos de personas más. Pero al considerar el mayor legado de L. Ronald Hubbard, el cual incluye todo lo que es posible con Dianética y Scientology, entonces su contribución no puede medirse con cifras menores a millones. Ya que como él mismo declaró: “Las obras de arte no son sólo para los artistas”. Más bien: “Las obras de arte las ve la gente. Las escucha la gente. Las siente la gente. No son sólo el forraje de un grupo cerrado de iniciados. Son el alimento del alma para todas las personas”.